Tsundoku diciembre 2018

Casi medio enero se ha pasado, y yo sin darme cuenta. Así que aquí va el post cinegético mensual.

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En diciembre salí a explorar nuevos territorios de caza. La tienda “La Mansión del Terror” está dedicada al género, y en unos pocos metros cuadrados ofrece un festín para trastornados como yo. Películas clásicas, pero también muchísima e interesantísima serie z, cómics, literatura, figuras, tazas, camisetas, juegos, llaveros y una también interesantísima selección de vinilos, forman un catálogo que exploré concienzudamente durante una hora, más o menos. Me llevé cinco libros, pero me quedé con ganas de más. Del ensayo de David Roas había leído muchas cosas buenas, pero nunca lo había llegado a ver con mis propios ojos; era una oportunidad que no podía dejar escapar. Tenían una buena selección de Dilatando Mentes, y el ejemplar de Gabino Iglesias ya lo tenía en mentes; me atrae mucho la ambientación y el tono de la historia, así que no creo que tarde mucho en desollarlo. En los “Relatos satánicos de Castilla y León” confluyen dos de mis intereses, y tampoco es fácil de ver, así que lo cazé también. “Siete casas vacías” fue la obra ganadora del certamen de narrativa breve de la D.O. Ribera del Duero. Me interesa, por la temática y por la autora. Y el impulso de atrapar el cómic “13 historietas de terror ibérico” nació como consecuencia de la lectura del “No son molinos” de Cerbero, que es una gratificante reivindicación del “cachava y boina”. En resumen, muy satisfactoria la expedición al barrio de Vista Alegre. Afortunadamente para mi bolsillo, está en el otro extremo de Madrid.

Un par de días antes de que acabara el año me pasé por una tienda de cómics de mi ciudad, que hacía tiempo que no visitaba. Estuve explorando a gusto, y tentado de llevarme el primer tomo de la integral de Conan el bárbaro de Planeta Comics. Pero aquel día no podía cargar con un ejemplar tan pesado, así que me decanté por los tomos 2 y 3 de Paper Girls (leí el primero el pasado verano), y las dos primeras entregas de “The seeds” en el original en inglés. En español lo editará Astiberri, según me dijo el amable dependiente.

Y la última caza del año, un ejemplar virtual. Una historia bizarra de sexo y arañas. Muy entretenida, extraña, y con un punto perturbador. La autora se llama Betty Rocksteady, ¿cómo no iba a cazar algo así?

Seguimos acumulando.