Mi única cacería de abril fue una visita largamente acariciada a Akira Comics, un sitio en el que uno puede perderse fácilmente durante horas. Allí me sorprendió la traducción al español de My Favourite Thing is Monsters, nominada a 5 Eisners, finalista del Stoker a mejor novela gráfica y ganadora del Lynd Ward. Pintaza. Creo que cuenta una historia bastante sórdida desde el punto de vista de una chavala enamorada de los monstruos clásicos en el Boston de los años 60 o por ahí.
También me topé con una recopilación (por fin) de los 5 primeros números de Paper Girls, escrita por Brian K. Vaughan. A este tipo le conocí por Y, el último hombre, pero el inextricable ritmo de publicación en España me desanimó a terminarla. He recibido mucho hype con Paper Girls, relacionado con la nostalgia de los ochenta que nos invade. Está bien la obra. Me ha parecido interesantísima la paleta de colores, y se nota un buen diseño de personajes y una cuidada composición. Parece que la siguiente recopilación tardará en aparecer en español, así que igual me la pillo directamente del inglés.
Creo que el cómic franco-belga exhibe una perspectiva histórica única. Me interesa esa singularidad. He ojeado un subgénero de historias bélicas aéreas que me atrae bastante, pero finalmente me incliné por esta historia de la batalla de Verdún. Pinta bien. No creo que me decepcione.
Finalmente adquirí El pavoroso miedo de epifanía susto, como regalo a mi hija de 8 años, con el que he fracasado miserablemente. No importa: me lo leeré yo, porque también pinta muy bien.
Seguiré amontonando.