Hoy he regresado de mi primer Festival Celsius. He asistido a un montón de presentaciones. Voy a comentarlas, no por orden cronológico, sino por estricta preferencia personal.
Para mí, la charla más interesante del festival fue la dedicada al bizarro por parte de Hugo Camacho (editor de Orciny Press) y Laura Lee Bahr, autora del género. ayudados por una intérprete espontánea entre el público que hizo un trabajo espléndido, pese a ser su primera vez. Muy ilustrativa fue la comparación entre el bizarro y el punk, tanto por instrumentos (guitarras = editoriales independientes), como por significado, en lo que supuso de ruptura respecto a la música anterior; si los grupos anteriores iban de salvadores del mundo, los cantantes de punk escupen y son agresivos con el público. Hugo tiene una muy acertada, en mi opinión, visión de la gentrificación del frikismo frente a la que el bizarro se opone como “última aldea gala” del frikismo. El bizarro se caracteriza por el sentido del “¿qué diablos estoy leyendo” (“sense of WTF”), la variedad extrema de sus temas, la ausencia de reglas y temáticas rechazadas por editoriales convencionales. Presenta personajes grotescos en situaciones grotescas. En consecuencia, hay humor, y una conexión con un punto de vista infantil, ingenuo o maravilloso que te permite volver a creer en la existencia de casas con vida propia o lavadoras con deseos propios. Lo más interesante de todo es que los autores se esfuerzan por dotar a estas historias tan delirantes de dimensión humana: sus personajes sufren, se enamoran y conmueven al lector, manteniendo una lógica parecida a la de los dibujos animados más alocados (Rick y Morty u Hora de Aventuras por ejemplo). Nombraron algunos títulos de ejemplo: “Los duendes-culo de Auswitch” o el ganador del premio Wonderland “Dungeons and Dragqueens”. En palabras de Laura Lee Bahr, el bizarro no es más que una reacción a una realidad impuesta.
Bandinnelli y Sergi Alvarez, junto con Pablo Bueno hicieron una charla distendida y cachonda sobre sus obras y el papel del humor dentro del género. Completamente disfrutable y muy recomendable de ver, si está en las redes.
La breve comparecencia de Elia Barceló en la carpa de actividades fue uno de los momentos estelares del festival. El público aplaudió a rabiar cuando Elia valoró como una cretinez el pensar que escribir literatura fantástica no es serio. Los sueños, los deseos también son reales y están ahí, dentro de nuestras cabezas, y dejar de plasmarlos es faltar al realismo. Me gustó mucho que expusiera que una forma de caracterizar a un personaje es mostrar el camino divergente entre lo que piensa y lo que luego hace. Chapó.
Tad Williams me parece un monstruo de elocuencia, un ser con una capacidad única para contar historias. La hora que estuvo hablando se me pasó volando, gracias a su discurso ordenado, consciente y puntuado de sarcasmo. Explicó sus influencias, procedentes en primer momento de los cómics de Stan Lee y Jack Kirby, y en un segundo momento de los clásicos infantiles anglosajones, como The Wind in the Willows o Winnie the Pooh. De Tolkien quedó prendado, no por su complejidad, sino por su profundidad: la elaborada técnica que tiene de enseñarte retazos de un mundo que intuyes mucho más grande, provocando así que el lector se sumerja por completo en la historia. Para él, más importante que la idea que hay detrás de la obra, lo es el llevarla al lector, y para ello es fundamental el trabajo en los personajes afectados por la narrativa. Los personajes jóvenes o recién llegados al mundo son útiles para conectar con el lector y explicar el mundo del libro. La invención de la narrativa caleidoscópica no es suya, evidentemente, pero que él fue el primero en aplicarla al género fantástico, influyendo así a autores posteriores, como George R. R. Martin.
Laura Lee Bahr presentó Porno Religioso Improvisado con Orciny Press (que tuve la suerte de llevarme firmado) y explicó algunas de las influencias de su obra, que en algún caso se comparten con David Lynch (el cine negro clásico, la rareza y la importancia del misterio), y cómo aborda el feminismo en su obra.
Ekaitz Ortega, autor de Mañana cruzaremos el Ganges, contó el proceso de gestación de su novela, partiendo de temas de actualidad como la crisis económica, la falta de confianza en las instituciones o la precariedad laboral, y el extenuante trabajo de creación de la voz de la novela, la de una mujer de unos cincuenta años.
Abel Amutxategui, en la presentación de La increíble historia de Mara y el sol que cayó del cielo, compartió su valoración de la literatura infantil. Él quería hacer un libro más adulto, evitando ocultar a los niños conceptos como el de la muerte, o un vocabulario más complejo. Me gusta esta visión y que sea un obra original. Personalmente, me echan para atrás los libros infantiles que usan el gancho de utilizar a artistas conocidos para nombrar sus personajes. Los encuentro faltos de originalidad y poco empáticos para el niño. Este libro lo compré para mi hija mayor, dedicado amablemente por el autor.
Sofía Rhei, precedida por una reflexiva presentación de Eduardo Vaquerizo, comentó las particularidades de El bosque profundo. Este libro de microrrelatos se gestó durante años, y en él ha ido vertiendo todos aquellos cuentos que no tenían cabida en otros libros suyos de literatura infantil. Son relatos descarnados con una relación terrible y asombrosa con la naturaleza, por lo que remiten a los cuentos de hadas originales. La ilustración a dos colores aporta un estilo románico medieval muy apropiado.
A Manuel Moyano no lo conocía, y me ha gustado su serenidad y su razonado discurso. Apuntado queda, por que lo que escribe tiene muy buena pinta. Nos contó cómo, aunque no todas sus novelas se adscriben al género fantástico, sí necesita al menos algún elemento fantástico para motivarse a escribir una novela. Sí, el realismo puede ser muy aburrido.
Kim Lakin-Smith es una autora de nueva publicación en España, con tres novelas distópicas que se podrían encuadrar en el steampunk, o como ella mismo dijo, en algo llamado dustpunk (que no Daft Punk). Tienen planteamientos narrativos muy interesantes. Es un género muy mestizo y que me parece muy atractivo, mezcla de distopía e historia.
Dan Abnett, poniendo a prueba las habilidades del intérprete con una tremenda locuacidad, nos habló sobre todo de su trabajo de novelista para Warhammer y Marvel. Un punto de vista, el del escritor “mercenario”, poco tratado, pero al que Dan se adscribe sin complejos. Interesantísimo. Una pena que no se extendiera sobre la escritura de videojuegos. Según él, para los diferentes formatos sólo cambia la técnica de escritura: si la novela es una conexión directa con el lector, el cómic es más indirecto porque las palabras de las descripciones son interpretadas por el dibujante y el lector no las lee, sino que ve la interpretación del dibujante. Lo mismo ocurre con los videojuegos. Parece simple, aunque yo sospecho hay mares de complejidad detrás.
Kameron Hurley tuvo llenazo en el auditorio, tratando temas como la censura, la autocensura y el papel del feminismo en la literatura de género actual.
Becky Chambers adelantó algo de la tercera novela del ciclo que inició con Viaje a un pequeño planeta iracundo, y habló sobre sus referentes y los motivos de alejarse de una ficción oscura y de los personajes heroicos.
Victoria Alvarez llenó la carpa. Me interesa mucho esta autora, por la ubicación temporal de sus obras en el siglo XIX. Creo que es un siglo al que se la menos importancia de la que realmente tiene. Tiene Victoria elecciones temáticas muy interesantes, como las automátas de Las eternas, por ejemplo. Habló sin tapujos sobre el proceso de creación de su trilogía Dreaming Spires. Impresiona su seguridad en el oficio; por ejemplo, cómo determina hasta qué punto es importante la inmersión del lector a través de los cinco sentidos.
Eduardo Vaquerizo presentó su ucronía Alba de tinieblas. En su opinión, para conseguir divergir la línea de tiempo no basta solo con un acontecimiento (tipo Teoría del caos), sino que tiene más sentido crear varios puntos “jonbar”. Sí, habéis leido bien. Puntos “jonbar”. Que conste que no me lo he inventado yo.
El imperio del sueño, de Laura Tárraga, parte de una premisa muy atractiva: los sueños se pueden comprar y vender, robar y prestar. Se llega al punto de una producción en cadena de sueños: todos los suscriptores de un servicio tipo Netflix de sueños tienen el mismo sueño a la vez. Me parece algo realmente terrorífico.
La editorial Nowevolution presentó varios de sus libros. Me llamaron la atención dos libros de aventuras de piratas desde un punto de vista femenino, y me pregunto si tendrán alguna inspiración en el Piratica de mi adorada Tanith Lee. En el panel los autores de la editorial señalaron que notan un incremento de los lectores de género, y que este es el momento para que las editoriales y festivales conecten con su público. Son editoriales pequeñas como ésta las que están abriendo caminos a nuevas voces. Estoy de acuerdo, estamos en un momento esperanzador, pero me pregunto hasta qué punto hay mercado. Es cierto que hay un interés creciente, pero no tengo tan claro hasta qué punto resulta rentable. ¿Es nuestro mercado lo suficientemente robusto como para absorber tal volumen de oferta? El tiempo, y la habilidad de las editoriales, lo dirán.
En la presentación de las antologías Distópicas y Posthumanas, Alucinadas, Terroríficas y el Premio Ripley se mostró el proceso de creación, muy interesante, de las dos primeras antologías, que en mi modesta opinión suponen un hito histórico en nuestra literatura. Las autoras se mostraron muy reivindicativas acerca de la presencia creciente de creadoras en el género y lo que suponen antologías de este tipo para la normalización de género.
Blake Crouch, en una intervención muy breve, mostró el proceso mental que le llevó a crear Dark Matter y las preocupaciones que subyacen en el resto de su obra, como Wayward Pines.
El escritor del videojuego The Witcher, Jakub Szamalek, explicó que las diferencias entre escribir una novela y un videojuego nacen de la necesidades propias que cada formato impone. Así, en un libro puedes describir algo con una frase dejando al lector que rellene con su imaginación los huecos, pero en un juego no existe espacio para la imaginación del jugador, por lo que el escritor debe describir con exactitud todo lo que aparece en pantalla. The Witcher además exige una consistencia con la obra ya escrita de Sapkowski, lo que implica que aunque no se diga nada específicamente en el libro sobre un objeto, una ciudad, un personaje o un edificio, lo que se describa en el guión deba ser consistente con la mecánica económica, política, social, histórica o geográfica del mundo del libro.
La editorial Cerbero presentó sus últimos libros con todos los autores y petaron la carpa. Esta editorial sabe conectar con el público. Están haciendo un gran trabajo en ese sentido y se nota.
A Guillem Lopez no le pude pillar. Cuando cogí el billete de tren aún no había salido el programa del Celsius, y a partir de ahí surgieron otros compromisos que me impidieron quedarme en Avilés para su presentación. Estoy destinado a no conocerle: en la Feria del Libro de Madrid fui a una de las varias firmas que tenía convocadas, según el programa, en una caseta en la que a la hora de la firma no sabían nada del tema. No pude volver después. En fin, otra vez será.
Me llevo muy buenas sensaciones del Celsius. Tiene un nivel muy alto, con grandes autores y una fantástica organización. He puesto caras a muchas personas. Sólo una queja: la presencia del terror, pese a estar en primer lugar en el lema del estival, ha estado a años luz de la de la fantasía y la ciencia-ficción. Pareciera que no existiera, pese a que sí hay autores y nuevas voces. Una pena. Supongo que no somos suficientes. Pero, precisamente, esto nos tiene que animar a seguir trabajando para aumentar su presencia.
Avilés, con su casco antiguo, de aroma marinero, aire limpio y gaviotas en danza, se ha portado muy bien con el festival, y es un destino muy atractivo. Me deja buenos recuerdos.