Solo algunas frases para cada uno de ellos. Por estricto orden de lectura. Hay cosas de género y otras que no. Puro gusto personal.
Cuatro cuartetos, de T. S. Eliot (Alianza, traducción de José Emilio Pacheco): poesía comprometida, puro desafío. Inabarcable. Una auténtica gozada. Difícil de elegir entre las cuatro o cinco traducciones existentes en el mercado, me decanté por esta, que es lo suficientemente libre como para mantener la métrica cuando importa, pero no tanto como para adulterar el sentido ni las metáforas de Eliot. Además es bilingüe e incluye cientos de notas para explicártelo todo.
Carmilla, de Sheridan Le Fanu (Delphi Classics, Complete Works of Sheridan Le Fanu): ¿qué se puede decir de Carmilla que no se haya dicho ya? Sugerente, inquietante, poética, ebria… Fui buscando una novela corta de vampiros y volví sin saber muy bien qué había leído exactamente, salvo que no quería que se terminara nunca.
El horror sobrenatural en la literatura, de H. P. Lovecraft (Valdemar Gótica, traducción de Juan Antonio Molina Foix): volví a este libro después de haberlo leído hacía muchos años, en mi «primera etapa Lovecraft» y después de haber investigado un poco más sobre la historia de la literatura de terror. En esta ocasión me ha parecido una joya que desmiente algunos de los prejuicios que se le atribuyen, frente a otros ensayos sobre el mismo tema, además de arrojar luz sobre algunas de sus influencias e intereses menos conocidos. La edición se complementa con el «Commonplace Book» y varios ensayos relacionados, como el conocido «Notas sobre la escritura de ficción extraña». Una lástima que el traductor haya elegido trasladar al español el término «weird fiction» como «ficción fantástica», adulterando así la gran aportación que hizo Lovecraft al género identificando la corriente weird, lo que hace que esta versión, modélica en muchos otros aspectos, no termine de acreditar la verdadera importancia que tiene la obra original.
The Strange, de Nathan Ballingrud (Titan Books): ¿por qué no está traducido Nathan Ballingrud al español? Es incomprensible. Estoy por hacerlo yo mismo. Esta ha sido mi lectura favorita del año. Un western fantástico situado en Marte. Una novela de iniciación. Personajes inolvidables. Terror y emoción.
Bohemios del valle de Sesqua, de W. H. Pugmire (Biblioteca de Carfax, traducción de Érica Couto-Ferreira): este libro me hizo volver a mi temprana juventud, cuando leía en la casa de campo mientras los pinos murmuraban bajo la luz de la luna. Después salía a la ventana a fumar un cigarrillo mientras contemplaba las sombras del jardín. El valle de Sesqua se ha convertido en uno de esos lugares míticos donde quedarse a vivir. Pugmire encontró su propia manera para canalizar lo inquietante del paisaje del Pacífico Noroeste. Toda esa franja de la costa oeste de los EE. UU. está teñida de un halo propio de extrañeza que merecería un estudio aparte.
Los vagabundos del dharma, de Jack Kerouac (Anagrama, traducción de Javier Setó): sigo en la costa oeste y regreso a un autor que leí en mi adolescencia, junto a Gingsberg o Burroughs. Qué prosa más valiente. Este libro no lo leí: lo absorbí en grandes bocados, y hacerlo se convirtió en una necesidad vital. Envidié su forma de ver la vida y deseé que al menos una pequeña parte de él se hubiera quedado en mi alma. Pero yo no tengo de eso.
Sir Gawain y el caballero verde, de Pearl (Alianza, traducción de Francisco Torres Oliver): una traducción en prosa y una edición no bilingüe. No me importa porque a estas alturas uno no está para pelearse con el inglés antiguo. ¿Es Sir Gawain la primera novela de terror de la historia? Yo digo que sí: un pilar fundamental para el género, se mire como se mire.
My Heart Is a Chainsaw, de Stephen Graham Jones (Titan Books): reconozco que empecé este libro movido más por el hype y por los clubes de lectura de Librogusano e Iván Ledesma que por otra cosa, y también que sufrí leyéndolo en inglés. Pero aquí está, entre las mejores lecturas del año. Slashers, adolescentes en problemas, un pueblo que oculta inquietantes secretos, gentrificación, seres sobrenaturales, alces, y un final de infarto. Y el estilo de Graham Jones, que es único. Más info en mi reseña en este enlace.
Damnable Tales, con selección e ilustraciones de Richard Wells (Unbound): una selección que recoge relatos folk horror de forma cronológica. Fundamental para conocer las raíces literarias del subgénero. Aquí dentro hay mandanga de la buena, entre otras cosas el primer relato de Robert Aickman que he leído y que me ha enamorado. Creo que en 2024 va a salir un segundo volumen de relatos.
The Beautiful Thing That Awaits Us All and Other Stories, de Laird Barron (Night Shade Books): cuando leí la primera colección de Barron (The Imago Sequence), me sorprendió lo increíblemente bien escrito que estaba, siendo el primer libro del autor. Pues no hace más que mejorar. Este, el tercero, es algo impresionante. Probablemente el mejor en conjunto. El libro que lo consagra como creador de un universo propio en relación con el horror cósmico y con una voz propia. Inquietante, violento y de una riqueza que apabulla. Me ha dejado con ganas de más.