Este trimestre entrego pronto mis lecturas, no me vaya a pasar como el trimestre pasado, que casi encabalgo* aquel post con éste.
Hay pocas portadas en la imagen de cabecera de esta entrada, y eso es, básicamente, por dos razones: la lectura de la primer parte de El Quijote, que, siendo unas 500 páginas, me ha ocupado gran parte del tiempo de lectura, y la puesta al día en lecturas de un servicio de suscripción del que no tengo una portada:
Sirenia Digest es la publicación mensual de relatos de Caitlín R. Kiernan. Se vende en su web como “A Monthly Journal of the Weirdly Erotic”, y lo cierto es que tiene más de Weird que de Erotic, del que bastante poco me he encontrado. No importa, porque todo lo que hay es muy bueno. Caitlín R. Kiernan es una de las grandes escritoras de weird fiction en activo. Me parece muy interesante lo que hace y la sigo en twitter con avidez. De Sirenia Digest ya hay 146 números y muchos de los relatos han sido recopilados en otras antologías. Me suscribí durante unos meses por curiosidad y tenía varios números pendientes. Incluye uno o dos dibujos de diferentes artistas en cada ejemplar. El precio es caro, pero la calidad es muy alta. Uno de los journals, bastante extenso, está dedicado al gul (o necrófago) y contiene 4 relatos. No es una escritora fácil, pero tiene un estilo poético y rítmico que a mí resulta hipnótico. No puedo dejar de recomendarla. Hace bien poco ha salido en español su última novela corta, Agents of Dreamland (Alianza Editorial).
La primera parte de El Quijote la he leído en la edición del 4º Centenario que editó hace diez años la Real Academia de la Lengua en colaboración con Alfaguara. Destaca, en mi opinión, el prólogo de Francisco Ayala, que ayuda al lector entender la obra en su contexto histórico. Tiene además una edición electrónica muy barata. Es una lectura que tenía pendiente. Me ha gustado, y en breve me pondré con la segunda parte. Tiene 400 años y se encuentra uno comportamientos y formas de pensar totalmente contemporáneos en este país.
Combustible Lovecraft (Orciny Press), es una magnífica selección de relatos lovecraftianos. Un mosaico muy completo del tipo de ficción extraña que se está haciendo ahora mismo en español. Imprescindible para entender la narrativa de terror actual, su introducción es oro (negro) puro. Hay muchísima calidad en todos los relatos. En la anterior entrada de este blog narraba, al estilo de Lovecraft, la presentación de este libro en Madrid, a la que tuve el placer de poder asistir. Gente muy maja, esta.
Barro es una novela corta de Alicia Pérez Gil (Cerbero), en la que la protagonista emprende un viaje muy especial, entre la fantasía y la ciencia-ficción. Mi parte favorita son los dos primeros capítulos, antes del giro fantástico, dedicados a la rutina de la protagonista, su familia, sus amigos. Uno puede notar la implicación emocional de la autora, que hace gala de un estilo fluido, melancólico, confesional y amargo al mismo tiempo.
Los mecanismos de la ficción, de James Wood (Taurus), es un ensayo sobre la evolución de las técnicas literarias. Desde el estilo indirecto libre del comienzo, pasando por los detalles “significativamente insignificantes”, la realidad de los personajes, la técnica de Flaubert, la conciencia de los personajes, hasta las metáforas, todas ellas expuestas con muchos ejemplos, y mostrando su importancia histórica. Estructurado en breves artículos, se lee muy bien. Muy recomendable.
Verás crecer la luna (Israel Alonso, edición digital disponible en la plataforma Lektu) es un relato largo de ciencia-ficción distópica. Me ha encantado la voz del protagonista, directa, empática y ágil. La historia, en el fondo muy romántica, tiene muy buen ritmo. Se nota el amor por el género y eso lo hace aún más disfrutable para el lector.
También leí un relato, Descending, de Thomas M. Disch, a raíz de la escucha de un podcast en el que decían que era el arquetipo de weird tale. Curiosamente, no es un relato de terror. La cosa va de un tipo que está descendiendo por las escaleras mecánicas de unos grandes almacenes y, sin darse cuenta, se pasa la planta del garaje y sigue descendiendo infinitamente. Se lee en un ratito. Resulta un poco agobiante.
Hasta aquí lo que han dado de sí las lecturas del trimestre. Gracias por tu tiempo.
NOTAS
* Encabalgar, qué palabra más bonita.