El mes pasado salí a cazar solamente una vez. Fue una expedición a Asturias el 11 de julio que duró 3 días. En Avilés se celebraba el festival Celsius, del que ya he hablado en esta otra entrada.
Fui allí sin tener intención de traer a casa ningún ejemplar, pero en la cafetería del tren me topé con una entrevista a Jesús Palacios acerca de Eroguro, la colección de ensayos que acababa de editar con Satori sobre el erotismo extremo japonés, que además presentaba esa misma mañana en el festival. No llegué a la presentación, pero el libro atrajo mi atención como un muslo a una sanguijuela.
Sobre la revista Tantrum había leído algo en las redes sociales, y la tenían barata en una caseta del Celsius. Al buche. En otra de las casetas encontré libros de Tony Jiménez, un autor que tengo pendiente, así que no pude resistirme a El guardián del miedo, con ese toque Creepy que tiene. El hábil vendedor me sedujo para llevarme también Lo que ves cuando cierras los ojos, de David Jasso, otro autor que aún no he catado.
El número especial de Supersonic dedicado a Ursula K. Leguin pensaba pillarlo en digital, pero ya que estaba por allí me acerqué a la caseta de Cerbero a echarle un vistazo. Era el último ejemplar, y los cazadores no podemos resistirnos a eso. Me dio un poco de pena por un chaval que llegó un segundo después que yo y se quedó sin ella. Bueno, en realidad, no.
Me interesó lo que se decía de Consecuencias naturales en la charla de Elia Barceló. Lo encontré inmediatamente después en una de esas maravillosas tiendas a la entrada de la carpa de actividades, de segunda mano en edición de Miraguano. A la saca.
A partir de 4 piezas creo que ya te tienes que plantear llevar algo también para tu prole. Con Irene es más complicado porque está aprendiendo a leer y no había tanta oferta. El sombrero fantabuloso me gustó por su argumento y dibujos. Es realmente una obra fantabulosa. Magnetífica, incluso. La increíble historia de Mara y el sol que cayó del cielo lo compré después de asistir a la charla de Abel Amutxategui, en la que mostró una concepción de la literatura infantil muy respetuosa con el lector, con la que me gusta simpatizar.
Una de mis presentaciones preferidas fue la de Bandinnelli y Sergi Álvarez sobre el humor en la literatura de género. Me vendieron muy bien sus libros y yo, claro, tuve que comprarlos.
El último día me pasé por la caseta de Orciny en un arrebato de romanticismo. Quería bizarro porque en el fondo soy un freak y su panel sobre el bizarro me encantó. Casualmente Laura Lee Bahr estaba firmando, así que tuve que comprarme su nuevo libro (Porno religioso improvisado) y me dejé recomendar por Hugo Camacho un par de libros en inglés: Horror Film Poems es una colección ilustrada de poesías dedicadas a pelis de terror, y All-Monster Action es un ejemplar de pelaje suave, exquisitamente ilustrado y mimetizado en una cinta VHS.
Grandes adquisiciones para mi colección. Volví de Avilés satisfecho y con las alforjas llenas.
Seguimos almacenando.