Gran cacería el pasado mes de septiembre en el coto del Día del Tentáculo. Una visita breve, pero muy fructífera. Me encantó el festival. Muy recomendable. Éxito de organización y de público. Se nota que hay afición. Espero que el año que viene sea aún más grande. El espacio para las editoriales se quedaba pequeño, y rastreando entre los mostradores me llevé unos cuantos trofeos. Me quedé con ganas de más, pero debo ir controlando mi Ansia.
Lo que me llevé, lo cogí con ganas. Soy un enamorado de los libros de Elige tu propia aventura, desde aquella colección Multiaventura de mi infancia, ilustrada por mi idolatrado Azpiri, hasta los Lucha-Ficción de Steve Jackson e Ian Livingstone. Pocos libros he lamentado tanto abandonar por los recodos de la vida como estos últimos, que hoy día son objeto de coleccionismo. El caso es que en cuanto salió la colección Choose Cthulhu pensé “el círculo se cierra”. En cuanto los vi encima de la mesa, allá que fui. Me llevé La llamada (obviamente), y el Innsmouth porque es una de mis historias favoritas de Lovecraft.
La colección GraphiClassic me parece, sencillamente, algo imposible. Una maravilla de esas que en cualquier momento podría desaparecer porque en realidad es un sueño: no es de este mundo. Tengo los dos primeros libros, Moby Dick (no podía perderme un ensayo tan chulo sobre ese monumento que me sacudió entero cuando lo leí hace justo ahora diez años) y La isla del tesoro. En cuanto me enteré que sacaban uno dedicado a Lovecraft me lancé por él. Como un perro a un frisbee.
Y, por último, no podía dejar pasar el volumen impreso de Círculo de Lovecraft, la casa que tuvo la gentileza de acogerme en su especial Ligotti. Ha quedado muy chulo.
La estantería de horror cósmico se me está quedando pequeña. Debo de conjurar dilataciones espaciales a través de los ángulos inefables que se retuercen en los planos interdimensionales, más allá de la meseta de Leng. Aunque igual es más fácil pasar por el Ikea.
El otro ejemplar del mes, esta vez virtual, es la primera obra de un compañero del club de lectura de terror Dentro del Monolito, que hemos leído durante el mes.
No estoy muy activo por aquí ni por las redes últimamente. Muy ocupado con mis escritos, con formación, con las extraescolares que este año nos abruman. Además del trabajo remunerado, pero eso es otra historia.
No obstante, los planes siguen pergeñándose, y en cuanto a libros, seguimos acumulando.